Barcelona, 13 de junio de 2018

Este miércoles, la Facultad de Psicología, Ciencias de la Educación y del Deporte Blanquerna celebró la IV edición de los Premios Blanquerna Educación. Estos galardones tienen como objetivo destacar el esfuerzo y el compromiso para generar una mejora constante en la educación. El decano de la facultad, el Dr. Sergi Corbella, subrayó que quieren poner en valor trayectorias y nuevas propuestas educativas, focalizándose en el presente para mejorar el futuro. Por primera vez, los premios se otorgaron a instituciones y no a trayectorias personales, y se creaba una segunda categoría: Nuevas respuestas educativas. Así, los Premios Blanquerna 2018 han sido concedidos a la Fundació Jaume Bofill en la categoría de Trayectoria consolidada, y en la Fundació El Llindar en la categoría de Nuevas respuestas educativas.

La Organización del Premio, a través de la vicedecana de la Facultad, la Dra. Anna de Montserrat, destacó que la Fundació Bofill, con casi 50 años de vida, era un ejemplo de rigor, de calidad y de compromiso firme y continuado de muchos años para potenciar y liderar la transformación educativa, desde la investigación y la innovación. Al recoger el galardón, su director, Ismael Palacín, hizo hincapié en la deuda de confianza con las generaciones que vienen detrás. Este está vinculado a los numerosos retos que tiene la educación hoy en día: la equidad educativa real, la mejora de las metodologías educativas, la formación docente, la reducción del centros gueto, el trabajo con las familias y las nuevas oportunidades, entre otros.

Por otra parte, la Dra. Anna de Montserrat valoró que El Llindar es un claro ejemplo de institución que es capaz de generar expectativas de futuro y propuestas de vida en aquellos adolescentes y jóvenes anónimos que quedan en los márgenes del sistema educativo. Lo hace desde la escucha a los jóvenes, con un equipo multidisciplinar de profesionales comprometidos con su función educativa, y construyendo una propuesta educativa que apuesta por itinerarios largos, en alternancia entre formación y trabajo, con un acompañamiento y orientación que apoye la transición de jóvenes y adolescentes hacia la vida adulta, el retorno al sistema educativo y el acceso al mercado laboral. La puso como ejemplo de institución en permanente diálogo con la sociedad, que interpela al sistema educativo promoviendo una transformación vinculada a la realidad y retos de su territorio.

Siguiendo la estela del Ismael Palacín, la Begonya Gasch, directora general de El Llindar, propuso crear un centro de investigación vinculado a las Escuelas de Nuevas Oportunidades para construir un saber colectivo. También añadió la necesidad de explorar nuevos entornos de aprendizaje y pidió que El Llindar pueda participar en la efervescencia educativa del país, saliendo así de la marginalidad educativa e institucional. Finalmente, insistió en que el problema del abandono escolar es una cuestión de país y que por eso es necesaria una verdadera apuesta con políticas educativas que permitan que instituciones como El Llindar puedan hacer su trabajo.

Sin embargo, la Begonya Gasch no recogió el premio sola, sino que estuvo acompañada de dos jóvenes, Raquel y Eric, que también quisieron dirigir unas palabras al auditorio. Empezaron diciendo que por El Llindar pasan cada año más de 300 jóvenes, cada uno con su historia personal, pero con algo en común: han mejorado como estudiantes y personas, y que ahora se plantean un futuro educativo y saben cómo conseguirlo. Hicieron hincapié en lo que, a su criterio, es una de las grandes diferencias en El Llindar: “su gente”. “Profesores y profesoras que están por ti, tienen paciencia, no te hacen sentir estúpido y que intentan entenderte”. Acabaron reconociendo que, incluso, para algunos jóvenes, “El Llindar representa la primera oportunidad real para hacer las cosas bien”.

Confiamos que los representantes de las diferentes administraciones públicas (Generalitat de Catalunya, Diputació de Barcelona y ayuntamientos), así como el resto de la comunidad educativa presentes en el acto tomaran buena nota de todo lo que se dijo y recogieron el guante para trabajar para transformar la educación.

Esperamos que, como recordó al final el Dr. Sergi Corbella, estos premios puedan ser un impulso para afrontar los retos con el rigor y el entusiasmo necesario que ejemplifican tanto la Fundación Bofill como la Fundación El Llindar.